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Un kiosko autoventa y en mostrador un tpv normal, ¿se mirarán con recelo? |
Desde hace tiempo que existen las
máquinas tpv de autoventa o kioskos self service, donde el cliente elige entre los productos que se ofertan y paga con monedas su consumición, recibe un tiquet y se dirige hacia la barra para recibir su pedido a cambio del tiquet que lleva.
Estas máquinas de botones han sido medianamente populares en grandes comedores, como universidades, colectivos, fiestas y conciertos y hostelería creativa, pero estaban muy limitadas a la hora de gestionar artículos especiales, al gusto o grandes cartas.
Hoy en día las nuevas generaciones de kioskos de autoventa son tpv autónomos que permiten al cliente elegir entre un gran número de artículos, ingredientes, menús, tipos de cocción y pagar en efectivo, tarjeta de crédito y poco a poco, las nuevas plataformas del futuro.
El pedido que ha realizado el cliente puede ser impreso en los puestos de preparación de cocina para ser preparado, lo que le da una gran potencia de trabajo organizativo.
Además el sistema ofrece las estadísticas de un tpv a las que estamos acostumbrados, y se puede integrar en una red de
tpv con software Bdp tanto en la oficina como con otros puntos de venta normales, lo que confiere al negocio un método ordenado y productivo de trabajo en el que podemos llevar la gestión de grandes colas y aglomeraciones de gente imprevisibles a la hora de tener suficiente personal.
Otro punto a favor de esta tecnología es que nadie manipula el efectivo, si no que es el cliente quien lo introduce en la máquina, así siempre cuadran las cajas y nos evitamos pérdidas de efectivo de cualquier tipo y la falta de higiene que supone para el personal tocar el dinero y los alimentos.
Para los gerentes mas creativos, el sistema nos permite insertar logotipos, fotos de artículos y familias y descripciones largas que permiten atraer la atención del consumidor.
Una opción mas en los sistemas de cobro y control que acabará cogiendo mas popularidad con el tiempo.